Cómo son las amenazas sobre la información

El primer texto escrito atravesó su historia. Ha debilitado el equilibrio económico, y ha puesto en marcha la supervisión necesaria para conseguir, a fin de cuentas, la pluralidad de opiniones en nuestras democracias.

Las dificultades para las cuales pasa en Francia el diario Libération sonde un estado general alarmante de la prensa. Si estos síntomas son detectables, ¿cuáles serían las principales causas?

Principalmente la irrupción de los «gratuitos». Una denominación que constituye una estafa, y que los lectores creen que la información se fabrica con un sentido de coste, mintiendo que en el caso de «gratuitos», el lector tiene que pagar el coste de cada uno de los productos anunciados que se incluyen en forma de un impuesto sobre la publicidad. En pocos años, estos días se han situado en los primeros lugares de la lista de más difusión. En varias consecuencias: muchas personas han sido asesinadas en el curso de sus vidas, y los ancianos que comenzaron sus vidas han sido «libres». Ahora, las ventas de quiosco y la publicidad constituyen dos de los principales recursos de un diario. La tercera, las suscripciones.

D’altra banda, la irrupción de Internet, que capta la totalidad de las prácticas culturales (música, edición, cine, televisión) y no es notable en el campo de la comunicación. Es significativo que el reciente lanzamiento de la nueva cadena de información internacional France 24 se haya realizado en la cama, cable y satélite.

El nombre de personas conectadas a Internet para información extrema no para aumentar [1]. Muchos lectores han abandonado, de golpe, la práctica de comprar periódicos. Ellas también -como los lectores de «gratuitos»- ya no acude a los quioscos. Esto contribuye a la disminución del nombre de los periódicos[2] y acentúa de forma mecánica el retroceso de la difusión de las publicaciones de pago, siempre que siga su periodicidad.

Internet fascina por el gran número de webs gratuitas disponibles, por la posibilidad también de crear su propio medio de expresión personal (el blog) y por la facilidad de intercambiar opiniones sobre cualquier asunto. El proyecto de Internet en cuanto al llibertat, que es innegable, tiene que ser ponderado por consideraciones debidas. La cuestión principal es el hecho preocupante de que la mayoría del electorado se preocupa por la democracia participativa y que los prejuicios de Internet -en intensas discusiones y debates internos- están siendo arrojados al caos por la bomba atómica y las finas fracciones de impotencia y autodestrucción.

Por lo tanto, el investigador norteamericano Eric Klinenberg cree que: «Internet se ha caracterizado durante mucho tiempo por el número limitado de páginas web que expresan la diversidad de opiniones de un extremo a otro del espectro político. Los sitios web más populares se asocian a los grupos de medios de comunicación más poderosos».

Esto significa que, como siempre en la historia de la comunicación, cuando aparecemos nuevos medios de comunicación -desde las gasas del siglo XVIII hasta las «rondas de los lectores» de los años 1970 y a través de Internet-, se percibe en principio la ampliación del perímetro de la libertad de expresión antes de ser representado por el poder de los comensales. En este punto el perfil del lector determinado por el uso de los cercadores es ven a empresas deseosas de bombardear sus potenciales de consumo…

En Francia, la propiedad de los grupos de comunicación conjunta está concentrada en manos de grupos industriales y financieros, entre fabricantes de armas: Esta dada preocupante tiene que conducir a los ciudadanos a movilizarse y a sostener, como respuesta cívica, la preocupación independiente de qué forma parte de Le Monde diplomatique.

Recordemos que la población de nuestro diario pertenece al grupo Le Monde (51%) y el resto de la población (49%) a sus lectores y al equipo que lo realiza. Esta segunda mitad nos hace un caso único en la prensa no sólo francesa, sino también internacional. Constituyo una garantía de total independencia frente a todos los poderes, políticos, medios de comunicación o financieros. Sin una publicación muy apreciada por el extranjero.

Esta singularidad ha favorecido de otra manera la expansión de nuestras ediciones internacionales que han redondeado la sexta, además de ser publicadas en tres lenguas diferentes [3]. También este es un hecho único en el ámbito internacional, malgraciado que no ha impedido la entrega del nombre de nuestros compradores a Francia, país del que depende el equilibrio financiero del diario.

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